
Que cada respiración sea un llamado al Amor de Dios.
Que cada respiración sea un llamado a conservar la paz y no olvidar la decisión de perdonar, aun en el más profundo conflicto.
Que cada respiración sea un llamado a no juzgar ni condenar.
Que cada respiración sea un llamado a recordar la belleza del espíritu de todos los seres.
Que cada respiración sea un llamado a invocar el Amor de Jesús, y refugiarse en Él; no en el miedo ni en la tristeza.
Que cada respiración sea un llamado al Cielo y no a la oscuridad.
Que cada respiración sea un llamado a orar.
La Luz y el Amor de Dios prevalecerán.
Dios los bendice.
Amén.
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