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  • Writer's pictureMario PrudHomme

Jesús dice:


paisaje con atardecer

Afuera de ti no está lo que deseas con todo tu corazón.

La paz ni el amor los encontrarás en el mundo; no hay nada externo a ti que te los pueda dar.

Lo que buscas desesperadamente está en tu interior, en la Luz donde yo estoy, esperando que vengas a mí en oración, y darte una paz y un amor que superan por mucho lo que el mundo puede ofrecerte.

No desperdicies tu tiempo tratando de encontrar lo divino en las cosas del mundo, pues lo único que encontrarás será desilusión.

La Luz de Dios está en ti, siempre ha estado en ti, y nunca podrás deshacerte de Ella. Estés donde estés, en cualquier circunstancia, esa Luz te acompaña, porque eres parte de Ella; eres parte de Dios porque eres su hijo. Y un Padre amoroso nunca abandonará a sus hijos, que el creó con perfecto amor.

¿Por qué insistes en alejarte del Amor que te creó?

¿Por qué insistes en recorrer un camino alejado de la Luz, camino que no te trae ningún bien?

Reflexiona muy bien qué es lo que realmente deseas: ¿el dolor o la felicidad?, ¿los resentimientos o la paz? Los resentimientos y el dolor son parte de lo mismo; están estrechamente relacionados. La felicidad y la paz también forman una unidad; no puede haber lo uno sin lo otro.

¿Cómo esperas hallar la paz y la felicidad, si deseas guardar resentimientos en tu corazón? ¿No te das cuenta de que los resentimientos son lo opuesto a la paz y a la felicidad? ¿No te das cuenta de que el dolor te impide amar, a ti y a tus hermanos?

¡Nunca me cansaré de llamarte y pedirte que te acerques a mí en oración!

Hermano, no estás sólo, nunca te he abandonado. Es tu renuencia a amar y a perdonar lo que te hace creer que estás sólo y que te he dejado a tu suerte.

Ven a mí, que yo te llevaré a la paz que tanto anhelas. Ven a mí, y permite que te libere de tus resentimientos y de tu sufrimiento, y los reemplace por mi amor, por mi Luz y por mi paz; y entonces desaparecerá el miedo de tu corazón y sabrás que tu Padre te ama. Y las azucenas, símbolos del perdón verdadero, iluminarán tu camino hacia tu Hogar, donde tu Padre te dará la bienvenida con el más cálido y tierno de los abrazos.


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