
La semana santa debe recordarnos el amor eterno que Cristo tiene por nosotros y Su resurrección: la aceptación total del Amor de Dios. Mas esto lo deberíamos recordar todos los días y aplicarlo a nuestras vidas. ¿Cómo? Aceptando el Amor de nuestro Padre y ofreciéndolo como Jesús nos lo dio, en la medida en que podamos, pues aceptar la Gloria y amar como Él es algo que por el momento está fuera de nuestro alcance; pero algún día, por medio de Su Gracia, lo lograremos, y entonces estaremos en los Brazos Dulces de Ambos y tendremos la paz eterna. Amén.
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