Dios te habla a través del Espíritu Santo, Su Voz, que está en tu interior. Tú decides escucharlo o negarte a oír Sus mensajes de Amor.
Dios te llama y te insta dulcemente a responder a Su llamado.
¿Qué respuesta le vas a dar? ¿Le vas a dar la espalda?
No pienses que Él te ha abandonado; pero creerás que lo ha hecho porque has decidido no escucharlo, y al hacer esto te niegas Su consuelo y Su guía infalible, que te rescatarían de la oscuridad que te envuelve; más esta oscuridad no tiene ningún poder sobre ti, porque la Luz de Dios puede disolverla si tú se lo pides.
Responde a Su llamado de Paz, para que tengas paz.
Responde a Su llamado de Amor, para que tengas amor.
Responde a Su llamado en el que te pide que perdones en Su Luz, para que reconozcas que eres Luz.
¡Responde a Su llamado!
Amén.
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