Infinidad de personas serán rodeadas por seres de Luz. El Espíritu Santo a los pies de ellas, dos Ángeles a cada lado y Jesús detrás de su cabeza. De ellos emanará una Luz amorosa que los envolverá, y en esa Luz sanarán.
Miles de Ángeles tomarán en brazos a los niños y les darán todo el Amor de Dios... y en Él sanarán.
A algunos se les otorgará el regalo de la liberación final y serán llevados al Cielo, y se les hará un festejo, donde alegrías, amores y abrazos serán el principal suceso de la fiesta.
Cada milagro será una azucena de esperanza, que hará brillar los rostros de los que han perdido la fe, de los que piensan que Dios los ha olvidado.
Y así la Tierra se iluminará, los pastos reverdecerán, las aguas de los ríos y los mares reflejarán la luz... no la del sol ni la de la luna, sino la de Dios.
Oremos por ello.
Amén.
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